martes, noviembre 22, 2005

Infobae copia, y encima mal...

Una "interesante" noticia leía ayer en Diario La República de Montevideo, Uruguay acerca de desapariciones de perros en algunos barrios de la capital uruguaya.
Algunas horas después me encontraba navegando en Infobae de Argentina y veo una noticia similar, ingreso y me encuentro con una linda sorpresa: era la misma nota, cambiada y haciendo referencia a Diario La República pero de la Provincia de San Luis en Argentina... en donde, aparentemente, también hay dos barrios o sectores llamados Carrasco y Punta Gorda. Sé que esos barrios existen en Montevideo, algunos amigos en Argentina me confirmaron que ni por asomo existen zonas importantes en San Luis con esos nombres.
Tampoco encuentro en Diario La República de esa provincia la noticia a la que hacía referencia Infobae.
¿Este "periodista" anónimo de Infobae creerá que Uruguay es una provincia argentina?

Captura de la noticia
Diario La República de Montevideo:

Dogos, doberman, cimarrones y cualquier perro grande: todos van a parar al asador
Comenzaron a desaparecer perros en Carrasco y ya los ofertan como corderos

El conocido refrán campero reza: "todo bicho que camina va a parar al asador". Pero... ¿usted se comería un perrito a las brasas? En Carrasco y Punta Gorda varias fueron las denuncias de extravíos de animales. En las ferias vecinales se constató un creciente aumento en la oferta de corderos y lechones.

El año pasado sucedió algo similar. Los perros empezaron a desaparecer misteriosamente y nadie sabía adónde iban a parar. Los dueños, desesperados, empapelaban la ciudad con carteles que tenían la foto de su tan preciada mascota y abajo decían "Se perdió perro dogo de color blanco en las inmediaciones de Havre y Horacio Quiroga. Responde al nombre de 'fulano'". Pero nadie los encontraba. Dos veterinarios de la zona, que caminaban una mañana por la feria, vieron a un supuesto cordero colgado de las patas traseras y sin cabeza que se ofrecía a un muy buen precio. No fue sólo el costo lo que les llamó la atención, sino que su costillar no parecía ser el de un ovino sino el de un perro de gran porte.

Los médicos de animales compraron el "cordero" y se lo llevaron a su consultorio a investigarlo. Para su asombro, comprobaron que efectivamente se trataba de un can, que según calcularon, no tenía más de ocho meses. Inmediatamente realizaron la denuncia y la noticia corrió como reguero de pólvora. Algunos vecinos hicieron caso omiso al anuncio y siguieron comprando las lindas mascotas que continuaban desapareciendo, acorde a la demanda que tuvieran sus carneadores.

Este año, la historia parece volver a repetirse. Las papeletas anunciando las misteriosas desapariciones volvieron a surgir en masa, y más de un desprevenido llegó contento a su casa contándole a su mujer "qué buen precio" había pagado por el "corderito en la feria". Los coreanos, legendarios comedores de perros, los guisan, los asan, los fríen y los comen con ganas.

Pero en Uruguay, donde los gustos culinarios son distintos, es fácil darse cuenta al hincarle el diente a la carne del perro que nada tiene que ver con la de un cordero. Pero los expertos "negociantes" tienen la solución. Primero salen de cacería. Ya con el perro al hombro, vuelven a su domicilio donde lo cuelgan cabeza abajo y lo degüellan como a cualquier cordero. Luego de extraída toda la sangre (todavía no se registraron casos de morcillas), "pelan" al animal y le sacan los sobrantes de grasas, ya que según dicen, es la parte con más tufo. Mientras tanto, preparan un adobo bien condimentado, con las más fuertes especias para que el gusto "tape" al sabor del perro. Dos días en la heladera envuelto en una bolsa de nailon bastan para que el perro quede bien gustoso y tierno. El domingo, lo llevan a la feria y lo venden como "cordero fresco".

Los carniceros aseguran que es una práctica común y que lamentablemente hay casos en que las propias carnicerías de la periferia venden gustosos los perros por cordero. También aseguran que "la gente busca precio y no le importa lo que está comprando. Compran chorizos que cuestan 20 pesos el kilo. Yo no me quiero ni imaginar con qué son fabricados. Basta con pensar que un kilo de carne pura ronda los 90 pesos... La tripa para hacer los chorizos, cuesta cinco pesos el metro. Es un disparate."

El mayor problema es visible en las ferias más "pobres" de nuestra capital, donde los puesteros tienen a merced de las moscas un sinnúmero de variedades animales a la venta. Pollos, conejos, lechones y "¿corderos?" son vendidos a precios irrisorios. La gente, que no pudo encontrar el "cordero del Pepe", aprovecha para darse un gustito y termina comprando un pobre perro carneado hace dos días. La situación es complicada, pero seguramente las autoridades sanitarias extremarán las medidas de seguridad para tratar de evitar que los perros inunden las ferias vecinales. Papá Noel es así, trae regalos pero se lleva a los perros. *


Captura de la noticia
Texto original
Infobae de Argentina:

Vendían "corderos" pero eran perros desaparecidos
Dos veterinarios descubrieron que desaparecían los animales y después se ofrecían a la venta como corderos o lechones. Los vecinos están indignados con la noticia

Un extraño negocio fue descubierto en la provincia de San Luis, luego de que en Carrasco y Punta Gorda varios vecinos denunciaran la desaparición de sus perros.Dos veterinarios de la zona vieron con asombro que lo que se ofrecía en la feria como un supuesto cordero (colgado de las patas traseras y sin cabeza) era muy barato. Por lo que decidieron comprarlo y llevarlo a su consultorio para investigarlo.Los profesionales constataron sus dudas: se trataba de un perro, según publicó el diario La República de esa provincia.

El nefasto procedimiento

Dicen los que saben y probaron que es fácil distinguir el sabor de la carne de perro de la de cordero. Por lo que los expertos comerciantes no dejan nada librado al azar.

Luego de la cacería, vuelven a su domicilio donde cuelgan al animal cabeza abajo y lo degüellan como a cualquier cordero. Luego de extraída toda la sangre (aseguran que todavía no se registraron casos de morcillas), "pelan" al perro y le sacan los sobrantes de grasas, ya que según dicen, es la parte con más tufo.

Al mismo tiempo preparan un adobo bien condimentado, con las más fuertes especias para que su gusto "tape" al sabor a perro.

Dos días en la heladera envuelto en una bolsa de nailon son suficientes para que el perro quede bien gustoso, tierno y esté listo para ser llevado a la feria del domingo.

Pese a lo desagradable de la noticia, los carniceros aseguran que es una práctica común y que lamentablemente hay casos en que las propias carnicerías de la periferia venden gustosos los perros por cordero. Afirman que "la gente busca precio y no le importa lo que está comprando".

Espectacular metida de pata para comenzar este blog...